miércoles, 19 de diciembre de 2018

BLAK BLAKE (parte 5)





 parte 5



La vida en la Tierra ya no es la única vida en la Vía Láctea y la Vía Láctea no era la única galaxia explorada . Los avances tecnológicos permitían viajes largos en naves espaciales muy avanzadas. Estos viajes se podían alargar décadas gracias a la criogenización. Esto había propulsado los viajes espaciales, la terraformación y las colonias exteriores. La humanidad no cabía en el planeta y fue necesario buscar nuevos espacios de acogida.

He incluso, con el paso de los siglos, algunas colonias se habían independizado y desarrollado de forma alternativa. Hasta el punto de crear nuevos mundos y nuevas maneras de existir. Algunas de ellas, no muy bien vistas en la Tierra.

Un folleto con información parecida es lo que leía Alan mientras María conducía el vehículo a lo largo de la espaciosa autovía, directamente hacía Andora (lo que una vez se llamó Andorra). En busca de su puerto franco. El pequeño país se había re-convertido en un espacio-puerto. Uno de los más modernos y uno de los más problemáticos en Europa. Ya que por él solían entrar algunos indocumentados y salir algunos proscritos.
-Justo lo que somos ahora. Pensó Alan.

María les había convencido para salir del planeta. Aprovechando un familiar lejano que trabaja en el lugar. El destino, uno de los pocos que no ponían problemas a la entrada en sus fronteras. Posiblemente porque contados son los "humanos" que aceptan quedarse allí. 
Alan no tenía muy claro lo adecuado del destino. Ya que conocía la fama de la ex-colonia C5000 (más conocida como Experita), y sus habitantes "hetereos". Así les llaman en la Tierra.

Blak, callado, observaba el paisaje. Todos permanecían en silencio. María más nerviosa que Alan, aunque no tanto como cuando salieron de Girona. 
Alan, en cambio, se sentía relajado, a pesar de que la situación era muy confusa y preocupante. Pero, al mismo tiempo, les generaba la suficiente adrenalina como para estar expectantes ante la aventura que tenían delante. Todo eran alicientes nuevos en la vida de Alan. 



Al fondo, en el horizonte, comenzaba a verse la silueta del espacio-puerto. Un ajetreo de naves que se elevaban en el aire y otras que descendían. Aunque desde la distancia eran puntitos más o menos grandes. Rodeando la escena los Pirineos, elevadas montañas pedregosas que, como vigilantes, rodeaban el emplazamiento.

Tenían los billetes (que le habían costado a María todos sus ahorros) y la ayuda necesaria para atravesar los controles, si fuese necesario, ya que Blak solo disponía de un carnet identificativo falso. María no les iba a acompañar. Deberá quedarse en Barcelona, aparentando normalidad y expectante ante los acontecimientos. Su familia y trabajo la esperaban allí. El hecho de desprenderse de tal situación la alegraba por un lado y por otro la preocupaba. Alan era el único familiar vivo que le quedaba en la Tierra y le dolía tener que separarse. Aunque tenía la esperanza de que no sería por mucho tiempo.

-Deberías protegerte también tú. Habló Alan, refiriéndose a María. Te unen lazos familiares a mi padre y conoces a mucha gente que trabajó en la base.
-Es posible.- Respondió, - Pero a diferencia de muchos, yo nunca he trabajado allí y mi pareja tampoco tiene relación con la base. Puede que nos vigilen, pero no creo que pase nada más. Tampoco puedo abandonar a mi familia.

-Espero que sea como dices. Contestó Alan.


Blak y Alan se miraron al bajar del vehículo. Les esperaban aventuras nuevas y esa incertidumbre alimentaba un nuevo entusiasmo en Alan. Entusiasmo no exento de temor. Un sentimiento que le hacía sentir más vivo que nunca. A pesar de no entender aún, porque estaba allí con ese extraño personaje...


(Continuará...)