parte 2
Realmente Alan no creía tener
todas las respuestas que Blak necesitaba. De hecho no tenía ninguna y él mismo
era el necesitado de respuestas en ese momento. Pero Blak no podía ayudarle
tampoco. Así que eran dos individuos perdidos ante una situación que
posiblemente no les iba a traer nada bueno, y mucho menos les iba a llevar a
ningún lado. Ya que cuando faltan respuestas no hay metas, ni tampoco puede
haber soluciones cuando desconocemos el problema.
Así estaban ahora. Después de
ayudar a vestirse con ropa nueva (Unos tejanos y un polo negro), Blak le
observaba sentado a su lado. Sin respuesta clara a su primera pregunta ¿Quién
soy?, ya que ni siquiera Alan tenía clara esa respuesta.
Observaban por una
gran ventana la ciudad que tenían ante ellos. La enorme urbe en la que se había
convertido la Barcelona de 2980. La ciudad había crecido a pesar del mar
y de los montes que la cercaban. Pero guardaba un algo especial que la
hacía diferente a otras grandes urbes. Conservaba innumerables edificios de
piedra. Muy característicos del siglo XX y que la hicieron famosa en el planeta
entero. Algo que la convirtió en uno de los últimos lugares en el planeta donde
recordar quienes habíamos sido y de donde veníamos. Otras ciudades eran sólo
metal y cristal y habían perdido todo indicio y huella de humanidad en su
arquitectura.
La noche caía y al fondo del
paisaje Blak pudo observar unas grandes torres que sobresalían de entre tanto
edificio frio. Era la Sagrada Familia, el templo que durante siglos sirvió de
imagen e icono a la ciudad. Aún lucía majestuosa entre tanto cristal y tanto
vehículo sobrevolando su entorno. Protegida ahora por una gran cúpula, parecía
convertida en un cuadro tridimensional de lo que fue la Barcelona que algunos
aún se negaban a olvidar. Empezaba a llover.
-No sé que hacer ahora
-Hablo Alan. Blak le miró sin pronunciar palabra. -Tenía que encontrarte antes
que la policía de seguridad. No es normal que una nave proveniente del espacio
aterrice sin más en un lugar no autorizado y sin planificación. Los radares la
detectan y suelen enviar rápidamente alguien para averiguar de qué se trata.
-¿Cómo lo hiciste para
adelantarte a ellos? - Pregunto Blak.
- Mi padre me avisó desde la
base. Fue él el que te introdujo en la capsula y te envió hacía aquí. Así que
sabía dónde aterrizarías exactamente y me puse en camino con antelación.
El silencio se hizo durante un
largo minuto. Las preguntas evidentes se hicieron esperar y el minuto se
eternizó hasta que Alan volvió a fijar su mirada en Blak. Entonces este
preguntó.
-¿Tu padre?- Alan miro hacía el suelo mientras entrecruzaba
los dedos. Blak notó tensión y nerviosismo en el hombre, que ahora parecía
querer esconder su afectado rostro de la mirada de aquel extraño y a la vez
familiar personaje.
-Sí, trabajaba en aquella estación.
Ahora creo que está muerto. Él es quien me habló de ti.
-¿Por qué?, Creo que sabes mucho
más y necesito saberlo todo. Blak volvió a dirigir la mirada a las bellas y
lejanas torres que como agujas parecían clavarse en las nubes hasta
reventarlas. Motivo por el cual llovía intensamente.
- Él era mi padre...- Pareció titubear
antes de volver a hablar. - ...Y creo que puedo decir que también el tuyo. Poco
más te puedo contar. Sólo que me hizo prometer que te ayudaría en lo que
pudiera. Que te tratase como un hermano. Pero es evidente que en estos
momentos la policía estará investigando tu nave y saben que estás aquí. Aunque
no sepan a quien buscan. Y no sé cómo hacerlo para esconderte y protegerte.
Blak no se sintió muy sorprendido
de nada. No entendía bien todo y a la vez tampoco le extrañó nada demasiado.
-¿Cómo se llamaba nuestro padre?, Preguntó
-Joan Blake. Contestó mientras
seguía con su mirada las gotas de lluvia que resbalaban por la ventana. Era
como ver reunidas todas las lágrimas que durante los últimos días había vertido
por su padre. ¿Dónde se había metido aquel sol que asomaba unas horas antes?.
El apartamento de Alan era muy austero en mobiliario. Pero no en equipos y aparatos electrónicos de todo tipo. Equipos que Alan había estado utilizando desde hacía años para sus trabajos de análisis y robótica. El siempre quiso seguir los pasos de su padre. Pero en los últimos diez años este se había trasladado a la base Zal, situada un poco más lejos de la Luna y oculta por esta. De este modo no estropeaba las vistas desde la Tierra y las noches podían seguir siendo románticas para sus habitantes.
Allí el doctor Blake llevaría acabo su proyecto, de suma importancia y casi en secreto. Mientras tanto, su hijo se quedó en Barcelona, para mantenerse al margen. Pues, según su padre, podría ser peligroso involucrarse. Esa fue la decisión del doctor Blake y ese el motivo por el que Alan estaba sólo y triste después de que los acontecimientos se precipitaran diez días atrás.
El mensaje de vídeo de su padre
era claro:
-Alan va a ocurrir algo terrible.
Sabemos que vienen hacia aquí con intención de arrebatarnos el proyecto. Y como
sabes, todo esto es secreto de estado. Así que van a tener que hacernos
desaparecer para que lo que van hacer pase desapercibido. Me temo lo peor. He
fletado una capsula con alguien muy importante para mí. Quiero que se salve. Él
forma parte de mi proyecto y no te diré nada más para protegerte. Es un hijo
para mí y debe ser un hermano para ti. Estas serán las coordenadas de
aterrizaje. Ayúdale a sobrevivir. Al menos al principio que estará desorientado.
Si todo va bien el terminará por alcanzar el apogeo en poco tiempo. Te quiero
Alan.-
Blak visionó el vídeo un par de
ocasiones más, dirigiendo miradas de interrogación a Alan cada vez que le
sorprendía alguna palabra.
-¿Apogeo?, Preguntó tan escuetamente
como de costumbre. Alan se encogió de hombros e hizo ademán de no saber nada.
-Ya lo has oído, no me quiso dar
detalles de nada para protegerme. No sé a que se refiere. Pensaba que tú
sabrías algo ya que posiblemente eres el único con vida que estabas en ese
proyecto tan importante. Un proyecto que le costó la vida a tanta gente de allí
arriba. No entiendo cómo pueden desaparecer tanta gente sin que aquí nadie haga
preguntas...; Remató para finalizar.
-Pues sí que es verdad que estoy
desorientado. Comentó el hombre mientras se tocaba el cuello del polo como
intentando disfrutar de su tacto.- Ahora más que antes. Estoy aquí por qué
tengo información de algo importante y no sé qué es. No recuerdo nada salvo
algunos momentos fugaces que aparecen en mi memoria y tu padre aparece en esos
momentos. Ahora que le he visto le reconozco. Pero tampoco puedo decir nada
especial de él. Sólo que me suena su cara. Ahora sé porque me sonaba la tuya.
Eres idéntico a él.
- ¡Pero eras como un hijo para
él!, vuestra relación tuvo que ser muy estrecha. No lo entiendo, no entiendo
nada. ¿Porqué no se salvó él?, ¿Está realmente muerto?.
Se hizo el silencio de
nuevo durante un buen rato. Sólo el sonido de la lluvia sobre la ciudad se
escuchaba de fondo. Una sencilla banda sonora para los pensamientos y
divagaciones de ambos hombres. Blak estaba intrigado y aunque parecía entender
la importancia de lo sucedido, no llegaba a comprender el motivo por el que él
estaba allí.
Por su parte Alan se sentía frustrado. Era obvio que todo lo
concerniente a aquel proyecto y que su padre pretendió salvaguardar, ayudando a
aquel hombre, había caído en desgracia. Ya que Blak no parecía recordar nada,
tan sólo mostraba desorientación. Su padre se había sacrificado inútilmente o eso parecía, y la nueva duda que le acechaba era si ahora él estaba seguro en su casa. Pues
quien presumiblemente mató a su padre podría venir a buscarle a él también. Quizás no había
sido buena idea esconderse allí...
(continuará...)