viernes, 10 de junio de 2016

BLAK BLAKE (parte 4)






parte 4




La casa de María en Girona era una pequeña masía cerca de la capital. Una masía no muy grande, bien cuidada excepto una parte que se encontraba prácticamente en ruinas. Pasearon ambos hombres alrededor de la casa observando los huertos y arboles que la rodeaban. Blak parecía encantado con el paisaje y Alan se lo conocía tan bien que no le prestaba ningún tipo de atención, imbuido en sus pensamientos una vez más. 
La cuestión era que Alan comenzó a sentirse cómodo con la situación, se dio cuenta de ello y le llamó la atención el hecho. Pareció perder el miedo y no le importaba ya el no saber en que dirección tirar. 
A su lado, Black cerraba los ojos en un intento de sentir más la brisa en su rostro. Aunque no estuvo muy seguro de conseguirlo.

- De verdad que no se que hacer contigo ahora...-habló de repente Alan.
Pero Blak no contestó, y comenzó a caminar en dirección a los huertos. Alan se quedó quieto observándole alejarse y pensó que quizás necesitaba estar un rato sólo. Así que se dirigió al interior de la masía, allí encendió la televisión. Las noticias no parecían ser muy trascendentales. No había ninguna información sobre lo acontecido en la base científica. De repente sintió frío y el miedo y la preocupación parecieron apoderarse de él. 
-Dios mio, ¿que vamos ha hacer ahora?, pensó.- Nos buscan y no se cuales serán las consecuencias si nos encuentran, aunque puedo imaginar que nada bueno.
Se sirvió una copa de vino, quizás en un intento de ahogar ese miedo en un poco de alcohol...
Y, quizás fue el calor del vino al bajar por su garganta, se sintió mejor, más tranquilo. Como mucho más seguro y cómodo.

-¿Que bebes?, preguntó Blak desde la puerta. Alan se sobresaltó sorprendido por su presencia.

- Vino. Contestó, - ¿Quieres un poco?
-¿Por que no?...

La noche era cálida, pero sin molestar. La brisa, algo templada, era seca y agradable. Blak se sintió cómodo, a gusto, y por primera vez pareció entender que significaba eso. Observó a Alan y le agradó contemplar que parecía sentirse bien. Se había dado cuenta que ese hombre era lo único que tenía ahora.


Pasaron un par de días hasta que María apareció por allí, la chica se preocupó mucho por el estado de Alan, aunque lo encontró demasiado cómodo con la situación. Era extraño, ya que Alan solía hundirse ante acontecimientos que no podía controlar. 


-Bueno, comentó la muchacha.- explica de que va todo esto.

Alan la observó desde el otro lado de la mesa, sin saber por donde comenzar. Pero poco a poco explicó la historia.
cuando terminó de narrar lo acontecido, que era poco, la chica exclamó: -¿Y ya esta?.

Miró a Blak buscando alguna información más, pero este no habló. María continuó:

-Creo que tenemos a un fugitivo que es buscado por alguien, el fugitivo es un superviviente de lo que parece haber sido una masacre. O eso entiendo por lo que cuentas. Lo que no entiendo es porqué Blak no tiene nada más que explicarnos...- María miró fijamente a los ojos de Blak.- ¿Pareces de amnesia o algo así?.

-Estoy recordando, pero cuesta. Respondió. - A veces me vienen imágenes a la mente que no comprendo del todo. Aunque entiendo que hay algo en mi que esos hombres buscan, quizás información o quizás solo sea por miedo a que recuerde de repente. Podría ser el único testigo de esa masacre que comentas...

María asintió con la cabeza, - bueno, eso tiene sentido. Dijo.
Alan, sorprendido ante la expresividad de Blak, le reprendió por no construir reflexiones así de largas para él, mientras le dibujaba una sonrisa.

-Ayer me llamó Ana, la mujer de Josep, ¿Te acuerdas de él?. Trabajó con tu padre durante dos años y se retiró por enfermedad.
-Si, claro que le recuerdo.- Contestó Alan.
-Pues le detuvieron hace dos días, se lo llevaron sin dar explicaciones y desde entonces Ana no sabe nada. Ha ido a denunciar el hecho, pero dicen que la ignoran. De hecho la información de su marido ha desaparecido del censo. Han borrado sus cuentas y sus datos. Es como si nunca hubiese existido.
- Eso es muy fuerte María. No puede ser verdad. Contesto Alan con cara de espanto.
-Eso quiere decir que, sea lo que sea que ocurre, es algo grabe. Llamé a otros dos antiguos amigos de Josep, compañeros de trabajo...
-¿Y?...
-También han desaparecido. 
Alan se sentó llevándose las manos a la cara, como queriendo esconderse detrás de ellas. Esto es más grabe de lo que mis fantasías podían imaginar. Pensó.

-No creo que Barcelona sea segura para él, ni para ti. Continuó María. -Ni siquiera aquí vais a estar seguros. Tendréis que iros muy lejos. 
Prosiguió: -Tampoco hemos recibido noticias de tu padre, ni de su muerte si es el caso. Ni de la muerte de nadie. Pero después de lo que sabemos, no podemos pretender recibir ninguna información. Lo que tenemos es lo que hay.
-Lo se. Respondió Alan. - Pero pinta muy mal, ya te explique el mensaje de mi padre. En cuanto a escondernos, nos iremos lejos, al menos de momento. Hasta que sepamos que hacer o que ocurre.
María, negó con la cabeza.-¿A donde?, con "muy lejos" me refiero a fuera de este planeta.
Alan puso cara de sorpresa -¿Fuera de la Tierra?.

Nunca había imaginado irse de la Tierra, jamás pensó en esa posibilidad. Existían colonias, planetas nuevos y bases espaciales donde vivía gente. Solo plantearse esa posibilidad le asustó. 
Y todo esto ¿para que?. Debía tomar decisiones correctas, pero nunca había viajado al exterior y no se sentía preparado para ello.

-No quiero pasarme la vida escondido. No creo que mi padre quisiera eso para mi, desde luego yo no lo deseo. -Alan se acercó hasta la ventana acechando el horizonte. Continuó: - Y realmente no sabemos casi nada de todo este asunto y aquí estamos, metidos en un lío, que no entendemos.

María siempre había sido la protectora de Alan, la que le cuidaba y atendía cuando este se encontraba perdido o tenía algún tipo de problema. Así que ahora era consciente que sin su ayuda, Alan no sabría tirar esto para delante. 
Respondió: 
- Sin tener mucha información, sabemos con seguridad que se trata de algo serio. Tan serio como peligroso. En la Tierra hay tanto control que no podéis moveros con libertad. Pero fuera es diferente. ¿Te acuerdas de Antonio?.

- Si, tu abuelo. También científico. Pero hace siglos que no le ves. Respondió Alan.

-Se donde está y suelo hablar con él de vez en cuando. Habló María. -Vive en Experita, allí estaréis seguros. Alan se quedó con la boca abierta, sin saber que decir.

Blak se acercó a Alan, le tocó en el hombro como gesto de complicidad y apoyo. 
- Pronto estaré preparado.




(Continuará...)

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